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Políticas de Protección Cultural en Corea: Patrimonio Cultural Intangible y Personajes "Tesoro Nacional"

Por YANG Jongsung


Capítulo1. Introducción (II)

La cultura intangible representada en las artes escénicas cae en el campo de la folclorología centrada en los eventos o presentaciones (Stone 1982). Es decir que la interacción social o personal durante una función es un proceso comunicativo (Abrahams 1971; Bauman 1971, 1977, 1983, 1986, 1989 y 1992a; Ben-Amos 1971 y 1977; Hymes 1975), y produce o reproduce cultura a través de representaciones individuales o grupales en la vida cotidiana. El proceso comunicativo se lleva a la práctica en forma diferente cultural e históricamente (Bauman 1992a: xiii-xv) -el proceso de la representación folclórica en diferentes contextos culturales e históricos puede diferir en la interpretación de las formas de patrones de comunicación, funciones y significados de acuerdo al tiempo, lugar, y medio cultural de la representación.

Lo que eso significa para este estudio es que cuando se estudia el folclor institucionalizado y a los intérpretes folclóricos, la interpretación de patrones, funciones y significados puede diferir de acuerdo al intérprete y a la representación. Sin embargo, de acuerdo a la teoría sobre la interpretación, la cuál este estudio sigue, la comunicación de toda cultura está "socialmente constituida, enraizada en relaciones sociales y producida en el conducto de la vida social" (Bauman 1992a: xiii) por individuos y grupos. Por tanto las artes escénicas coreanas deben ser observadas en términos de su efecto social y cómo son afectadas por la sociedad. En la situación de la protección cultural las formas de arte deben ser analizadas desde la perspectiva de su papel original en la sociedad (contexto) y cómo la protección cultural ha cambiado ese papel.

Como se mencionó, el folclor como un proceso comunicativo con frecuencia envuelve ideología y política (Bauman 1992a: xvi), lo que puede intencionalmente institucionalizar el folclor en formas manipuladas. La interacción de política con folclor (Bauman y Sawin 1991) -particularmente en el área de exhibiciones culturales, exposiciones, presentaciones y representaciones- crea cuestiones con respecto a la validez de esos eventos ya que estos involucran un cambio de contexto intencional. Cuando lo ideológico involucra al folclor para uso político, la naturaleza del contexto es dirigido por un deseo de reformar con el propósito de manipular o institucionalizar. Las funciones, significados y patrones son dirigidos por conceptos reforzados sobre el publico y asociados con la manipulación ideológica del elemento folclórico.

Un ejemplo del un uso ideológico del folclor para propósitos políticos está en China bajo el régimen de Mao Tse-tung. A mediados del siglo XX, los folcloristas comunistas y los diseñadores de las políticas manipularon las historias folclóricas para subrayar y corresponder con la ideología de Mao en China (Dorson 1965). Otro ejemplo está en Finlandia donde los líderes usaron el kalevala (canción épica nacional) para su campaña propagandista (Wilson 1975). Esos dos son buenos ejemplos de cómo lo géneros folclóricos han sido direccionados para cumplir con los propósitos ideológicos y políticos de aquellos en el poder.

Tradiciones orales tales como cuentos folclóricos se convierten con frecuencia en historias o leyendas de héroes con el fin de que correspondan con una ideología política especifica. El proceso de manipulación del folclor oral para legitimizar las políticas del Socialismo Nacionalista en la Alemania Nazi contribuyó enormemente a ese régimen (Kamenetsky 1972). Adicionalmente eventos culturales tales como festivales, espectáculos, exposiciones o presentaciones publicas son usadas con frecuencia para legitimizar las políticas y para fortalecer el poder de una administración (Byrne 1987). Las presentaciones publicas parecen ser hechas para su propio beneficio por parte de un gobierno o una institución pero no obstante son hechas con el fin de mostrar o fortalecer el poder de un régimen. Los festivales nacionales o internacionales son una buena ocasión para que estas poderosas vitrinas muestren muestren la cultura tradicional no solamente a audiencias nacionales sino también a audiencias internacionales. Los Olímpicos Nazis (Byrne 1987; Mandell 1971), los Olímpicos de Munich (Mandell 1991) o los Olímpicos de Seúl (Yang Jongsung 1989b y 1990) son ejemplos típicos de festivales internacionales que proporcionaron una plataforma para la interacción entre el folclor y la política.

La interacción del folclor y la política, por su naturaleza, envuelve cuestiones ideológicas (Bauman 1992a: xvi) en términos de nacionalismo o romanticismo. Orvar Lofgren define el nacionalismo como una ideología política diciendo que las culturas nacionales con frecuencia "contienen una mezcla de elementos normativos y descriptivos" (Lofgren 1988: 22). El presente estudio discute e ilustra cómo Corea no es la excepción a esta definición. Desde una perspectiva folclorista, el nacionalismo esta frecuentemente asociado con nacionalismo cultural, lo que es generalmente expresado en las culturas nacionales, tesoros nacionales, héroes nacionales y cualquier género del folclor construido para uso ideológico y político.

Los folcloristas han estudiado diferentes ejemplos del fenómeno internacional del uso del folclor o de intérpretes folclóricos con propósitos ideológicos o políticos en términos de movimientos culturales, manipulación gubernamental para legitimación, movimientos de independencia o herramientas educativas (Byrne 1987; Choi Chungmoo 1987; Dorson 1965; Eminov 1975; Evans 1988; Herzfeld 1982; Oinas 1975 y 1978; Stoklund 1989; Thiers 1987; Tuohy 1991; Wilson 1973, 1975 y 1976). Estos estudios cubren situaciones tanto en oriente como en occidente tanto en países desarrollados o en proceso de desarrollo. También hay casos en los que la política e ideología del folclor son esenciales pero con el propósito de usar al folclor y a sus intérpretes para propósitos políticos e ideológicos se deben recrear las formas y sus intérpretes deben ser controlados o beneficiados de alguna manera.

La tradición folclórica -ya sea en representación o en contexto- no solo es la continuación de períodos anteriores sino que también se produce y reproduce en la vida diaria (Abrahams 1971; Bauman 1971; Ben-Amos 1971). Las interpretaciones en sí son siempre cambiantes y con una cualidad no estática que depende del intérprete, el público, el tiempo, el espacio, el propósito y el entorno social. Como Bauman (1977: 38) afirma: La "cualidad emergente de la interpretación reside en la interacción entre los recursos de la comunicación, la competencia individual y los logros de los participantes (incluyendo al público) dentro del contexto de situaciones particulares". Dentro de esta visión de la interpretación, los "portadores de la tradición" (Bauman 1971: 33) crean y recrean la tradición en el discurso o en la interpretación diaria (Bauman y Briggs 1990; Briggs y Bauman 1992c; Stoeltje 1993). La tradición constantemente cambia, se transforma y responde a la dinámica de las necesidades del momento.